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por: Rolando Franco

Basho y el camino interior al Haiku

En la noche sin estrellas
me guía el corazón.

Basho

El haiku expresa la experiencia del silencio, es necesario detenerse para contemplarlo, sentirlo para creer en él, debemos devorar todo a su alrededor para poder entrar en diálogo con el poema.

Viejo estanque...
salta la rana...
sonido del agua...

El haiku evolucionó en la era Tokugawa, mas particularmente después de Bashô (1643-1694). Gran viajero y amante de la naturaleza.

"Un viajero…
Conózcase así mi nombre
Esa lluvia otoñal."

Bashô dejó varios comentarios acerca de cómo había que ver y sentir el mundo para que el haiku brotase por sí solo; uno de ellos es éste que ha llegado hasta nuestros días,"para escribir haiku, búsquese un niño de un metro de alto", sus poemas tenían el asombro que encontramos en los niños, cuando ven algo nuevo, con sorpresa.

Tú enciendes el fuego,
te mostraré algo lindo
¡Una gran bola de nieve!

Si algo hay que agradecer a Bashô, es su manera sencilla de escribir, evitando el lenguaje literario e intelectual, con lo cual creó un estilo que hizo posible que la gente del pueblo fuera poeta. Devoto al Zen tiende a expresarse en un tipo de poesía totalmente afín al espíritu del wu-shih: "nada especial".

¡Qué admirable!
no pensar "La vida es fugaz"
al ver el relámpago.

El haiku percibe las cosas en su "ser tal" y sin comentario, concepción del mundo que los japoneses llaman sono-mama: "Tal como es", o simplemente así".

Bashô : quiere decir Platanero. Aunque su nombre real fue Matsuo Kinsaku, al mudarse a una cabaña al lado de un platanero, cambio su nombre.

Fue el poeta de la Soledad Eterna, (vivikta-dharma), que es el espíritu del Zen, se expresa bajo el nombre de "Sabi" en los diversos compartimientos artísticos de la vida tales como jardinería, ceremonia del té, pintura, arreglo floral y por supuesto la poesía.

Una pequeña selección:

*

Una rama despojada de hojas,
Un cuervo posado en ella…
Este atardecer de otoño.

*

Este camino
ya nadie lo recorre
salvo el crepúsculo.

*

A la intemperie,
se va infiltrando el viento
hasta mi alma.

*

La primavera pasa;
lloran las aves
y son lágrimas los ojos de los peces.

*

El caminante
me llamarán a mí.
Primer chubasco.

*

Bajo un mismo techo
durmieron las cortesanas,
la luna y el trébol.

*

A una amapola
deja sus alas la mariposa
como recuerdo.

*

Este día tan largo.
Aún muy corto
para el canto de la alondra

*

Ese camino
Sólo lo toma
El crepúsculo en otoño

*

Dios ausente
Las hojas se amontonan
Todo es abandono.

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