Después del movimiento final
La muerte, como un buen golpe de dados llega sin aviso; esperada quizá con curiosidad, advertida en muchas ocasiones o simplemente como avatar del azar, en todo caso, siempre como una sorpresa. La muerte, la más perfecta expresión de la quietud, del cese del caos que nos mantiene en constante cambio, trae consigo irremediablemente reflexión y memoria.
Este tiempo que nos toca ha empezado a reclamarnos la permanencia de la memoria y la necesidad de la creación y el movimiento. Este tiempo nos reta con su quietud, “el movimiento final” escribió Cadavid, nos recuerda que las generaciones sin nombre se están quedando sin quién las pronuncie, nos asoma cada vez con mayor desconcierto al fin de cualquier existencia, a una historia mohosa de tanto haberse lavado sin dejarse secar al sol, y nos plantea un enorme ¿Qué nos queda?
...La benévola intención de reproducir las imágenes de otros ojos que vieron con la poesía que nos falta, la desencantada postura de negar lo que es evidente porque el mundo exige rebeldía sin más justificaciones que la falta de estas, el culto a las voces de anaquel que sonaban a justicia o a verdad cuando el new age se traducía en “cultura”...
¿Moriremos con la muerte? o ¿habrá una existencia posterior a las verdades que poco a poco se han ido apagando?
* * *
La de Mario Rivero, es la más reciente desaparición de las voces poéticas de Colombia. Él, fundador de la revista de poesía Golpe de Dados, nombre bajo el cual se agruparía toda una Generación de poetas, posteriores al Nadaismo, los nacidos entre los años 40’s y 70’s; identificados también como Generación sin nombre, Generación desencantada o Generación del desarraigo.
Podríamos decir que el poeta Rivero fue, anduvo y conquistó. Su biografía repleta de historias disímiles y variadas como su época de boxeador o la de voluntario en la guerra de Corea, circula por estos días con facilidad y sin embargo, cuando la muerte finalmente se invita, lo importante no es haber ganado, aprendido o logrado. No. Lo importante es haber sido y haber estado.
Para muchos quizás Mario no es y nunca fue, posiblemente sus textos no hacen parte de cátedras necesarias, ni de reflexiones canónicas y aún así, como pasa con los verdaderos poetas, alguna vez entre textos el lector o el transeúnte se encontrará con un poema vital y eso bastará.
In memoriam Mario Rivero:
Solitario espectador
Solitario espectador, demasiado,
he oído al mundo falso,
aplaudir una vacía sombra.
Al mundo que censuraba
al hombre vivo.
Un habitante
Este hombre no tiene nada que hacer
sabe decir pocas palabras
lleva en sus ojos colinas
y siestas en la hierba
Va hacia algún lugar
con un paquete bajo el brazo
en busca de alguien que le diga
"entre usted"
después de haber bebido el polvo
y el pito largo de los trenes
después de haber mirado en los periódicos
la lista de empleos
No desea más que donde descansar
uno-por-uno-sus-poros
Hay tanta soledad a bordo de un hombre
cuando palpa sus bolsillos
o cuenta los pollos asados en los escaparates
o en la calle los caballitos
que fabrica la lluvia feliz
Y dentro en la tibieza
las bocas sonríen a la medianoche
algunas se besan y atesoran deseos
otros mastican chicles y juegan con sus llaves
crecen los bosques de ídolos
y el cazador cobra su mejor pieza
Mario Rivero
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Velacion: Funeraria Gaviria calle 98 17a 20, Tel 600 4600, Bogota D.C, Colombia.
Exequias: Martes 14 Abril de 2009 a las 12:30 p.m; Carrera 9 74-99 Gimnasio Moderno, Bogota D.C. Colombia.
cremación Jardines de la Paz
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